El diario británico The Guardian publicó la semana una encuesta en la que los niveles de desconfianza en la Unión Europea llegan a mínimos históricos en los seis países más grandes del continente (Alemania, Francia, España, Polonia, Gran Bretaña e Italia).
Según el informe difundido, la crisis, el mayor protagonismo de Europa en las políticas y economías nacionales, el desempleo y los rescates en algunos países, ha llevado a los ciudadanos a desconfiar de la Unión Europea. Un euroescepticismo que, salvo en Gran Bretaña, se situaba en niveles muy inferiores hace 5 años.
El caso más acentuado es el de España. Actualmente el 72% de los españoles declaran no “tender a confiar” en Europa, frente a un 20% que tiende a confiar. Números que en 2007 se situaban en un 23% que desconfiaba y un 65% que confiaba.
Lo mismo ocurre en Alemania e Italia, países tradicionalmente más pro Europa donde la desconfianza ha aumentado 23 puntos en el caso del primero, y 25 en el caso del segundo.
Los seis países que han participado en la investigación representan dos tercios de la población de la Unión (unos 350 millones de personas) y en todos ellos, independientemente de su condición de “saneado”, rescatado, con mayor o menor tasa de desempleo o mayor o menor crecimiento, la desconfianza ha crecido considerablemente.
También en el caso de Polonia, el país que más tarde se incorporó a la UE de los seis estudiados, en 2004, la desconfianza ha aumentado desde 2007. Los polacos desconfiaban en la UE un 18% pero actualmente esta cifra ha llegado hasta el 42%.
Desde la Unión Europea creen que la situación está llegando a un límite en el que los ciudadanos ya no soportan la incertidumbre de qué va a pasar o cuáles van a ser las siguientes medidas, según declara el presidente de la Comisión, José Manuel Barroso, a The Guardian. “Una fatiga europea que está pasando factura”.